jueves, 7 de abril de 2011

Cancionero de Plager II

Llega la parte II del cancionero de Plager. Aquí encontraremos una exclusiva canción del músico marxista de rock nacional que con su actitud desafiante conmocionó ese género.
Un tema perfecto para tocar en una fogata con hippies neo marxistas.

Charly Marxía


No puedo desistir (leo a Engels)

Leo a Engels
no puedo desistir
leo a Engels
no puedo desistir.
No puedo largar, no puedo salir
no puedo decir "no leo más el Manifiesto"
Tengo que leer a Engels.
Tengo que leer a Engels.
No puedo salir porque leo ese Manifiesto.
Leo a Engels
No puedo desistir
Leo a Engels
No puedo desistir
No puedo largar, no puedo vivir.
no puedo sentir
si estoy con el Manifiesto
Tengo que leer a Engels.
Tengo que leer a Engels,
no puedo parar
por amor a ese Manifiesto.
No debo confiar en Platón,
tengo que confiar en el Manifiesto
no debo confiar en Platón,
tengo que confiar en el Manifiesto.
De que sirve obrar para sufrir
te das cuenta, quemá el billetín.
Yo puedo cambiar, yo puedo partir
no puedo esperar mil años
a que cambie el dinero.
Tengo que leer a Engels
tengo que leer a Engels.
No puedo perder,
por amor a ese Manifiesto,
no debo confiar en Platón
tengo que confiar en el Manifiesto.

lunes, 4 de abril de 2011

El frente y sus "joditas" para Tinelli

El sistema permitió inscribirse en materias que no se pueden cursar, horarios erróneos, aulas equívocas. Muchos pensarán que la desorganización que reinó durante los primeros días del cuatrimestre se debió a que el Frente se caga en los estudiantes. Este post demostrará que no es tan así. Que en realidad, si bien se cagan en nosotros, lo hacen de una forma obscena, desvergonzada, vulgar.
Estas divagaciones podrían haber comenzado un día cualquiera de la semana. Supongamos, un jueves. Un joven llegó a la UNLZ, recibe de parte de militantes del Frente el tradicional papelito que indica las materias y las aulas donde se cursan. Busca su materia, se dirige al aula ahora llamada "Ricardo Fort". Vacía. Vacía como ese personaje. Raro, porque ya son las 14 pasadas y las clases deberían haber empezado.
-Bien,- pensó el muchacho- quizás esté el teórico primero.- Con esa vaga ilusión se dirigió al aula "c" (a secas, pobres aulas que no fueron bautizadas). Allí reinaba el extraño e incómodo silencio que se apodera de los salones vacíos. Salones que normalmente vibran con risas tornasoladas, alumnas con voces de flauta, alumnos con voces de fagots, fibrones que chirrian como violines y rasguidos de lapiceras. Y por sobre todos, la voz de tenor del profesor o la voz de soprano de la profesora. Una verdadera orquesta.
Confundido, el estudiante volvió hacia el aula "Ricardo Fort", igual de vacía que antes. Antes de que decidiera que hacer, una alumna que estaba sentada frente al aula le explicó:
-El horario de la materia es de 16 a 20.- Frente a esto, el estudiante sintió muchas cosas. Enojo, ante todo. Faltaban dos horas para las 16. Había elegido el horario de 14 a 18 no por capricho, sino porque le permitía realizar una actividad extracurricular.
-Hijos de puta- Masculló indignado.
La muchacha estaba resignada. El alumno pensó que la situación de ella era peor. Vivía en la ciudad de Chachón, en el partido De la lora. Eran muchas horas de viaje.
El interrogante ¿Por qué, si a la hora de inscribirse el horario decía una cosa, a la hora de cursar es otro?
Desde Todos por Sociales contestaron.
-Fue una jodita para Tinelli que les hicimos a los estudiantes, divertido ¿No?
Queda claro. No sólo se cagan en nosotros. Sino que además no se molestan en ocultarlo, lo hacen vulgarmente, como aquel criminal que se siente impune, con la certeza de que nada pasará... Pero, ¿Nada pasará?

Comentá, maestro