Fiesta. La de tu culo y esta. |
La convocatoria realizada a través de las redes sociales fue un éxito. Mientras el mega escenario -verde- se armaba, varios estudiantes ansiosos que no podían contener su emoción ya esperaban en la entrada de Juan XXIII. "Estoy tan contenta, por fin voy a poder comprar dos o tres dólares con mi sueldo", comentó a esta vil organización una entusiasmada estudiante de Letras, que se decepcionó cuando le comunicamos que el ticket de ingreso salía 50 dólares. Mientras, un joven de Relaciones Laborales vestido medio hipster se agitaba nerviosamente de un lado para el otro. "Sí, sí, sí. Sí, vamos que estanochemegarchoaunapibitadeLasLomitas...", comentó a toda velocidad. El muchacho estaba bajo los efectos del éxtasis. Es que drogas careta, champagne (yampein para los simios que leen este blog) y Sushi fueron los ingredientes principales de esta fiesta a todo culo.
Prat-Gay canta Mi perro Balcarcito: "Privatizando palitos, corriendo a los rochos". |
Por supuesto, hubo también espacio para bandas tributo de grupos angloparlantes. Participaron los FreeShop Boys, Yellow Floyd, Green Way, MegaDev, The Metro Police, Rage Against The Wachines, Lady Awada, y Cris In Chains.
Rotura anal. No podría evitarse ni con una pila de forros |
En una muestra de buena gestión, el grupo de patovicas que resguardaba el lugar aplicó un impecable y eficiente protocolo de seguridad. Un grupo de militantes del FIT (Fernet de Izquierda y de los Trabajadores), que responde a Nicolás Escabio, contrabandeó la bebida negra y pan relleno, con lo que fueron desplazados amablemente a bastonazos. En otro momento, la revolución de la alegría explotó cuando una militante kirchnerista infiltrada gritó "viva Cristina", y con mucho amor se la escupió, puteó, embarró, defecó y eyaculó.
Sin embargo, el festejo terminó abruptamente cuando se decretó que finalizaría a las 3 y no a las 6 como estaba previsto. Los coordinadores explicaron con mucha vocación de diálogo : "Es una atribución de los organizadores, no hinchen la japi".
"No me importa nada, hoy formé parte de la Devaluation Fest, celebré que por fin tenemos un país libre", aseguró un joven a punto de recibirse de Comunicador Social que trabaja en un Call Center de 9 de Julio y que deberá cobrar tres sueldos para terminar de pagar la entrada de la joda. Sus palabras resumen el sentir de los presentes. Por un día se sintieron parte de la fiesta, celebraron y se sumaron a la ola del cambio. Patrocinados por su buen vecino, el ERU.
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