martes, 14 de diciembre de 2010

Plager retorna al Olimpo

El cielo estaba límpido, el sol brillaba con despiadada intensidad en el cenit. Los mortales, inconscientes, realizaban sus labores normales. En el ERU sabíamos que hoy sería un día negro. Pero decidimos no quedarnos impávidos. El último día de Jaime Plager en la UNLZ, debía ser el día en que fuéramos a decirle lo mucho que apreciamos sus clases titánicas. Agradecerle que, cual Prometeo llevándole el fuego del Olimpo a los mortales, nos brindase por un cuatrimeste las llamas de su conocimiento filosófico. En cualquier caso, a Plager no le sucedería jamás lo que a Prometeo: si algún Zeus se hiciera el loquito con Jaime, si dudas terminaría con un calzón chino que no lo dejaría con la voz aguda por eones.
Llegamos a la UNLZ y esperamos frente al aula A junto a Paquita la Del Barrio, una fanática de Jaime que pertenece a un grupo de mujeres adeptas al gran filósofo llamadas "Metaphysus". En dicha aula, los últimos mortales estaban enfrentando su destino filosófico frente al gran Jaime y sus sofistas. Al mediodía el último de ellos había salido -no sabemos si victorioso o condenado al Hades- y luego de unos segundos de expectativa Plager apareció, con su caminar característico. Nos levantamos ipso facto -excepto Sophrosyne, ya que su autocontrol, o su panchedad, lo hace ser más mensurado- y caminamos detrás del olímpico. Aquí es donde Paquita la Del Barrio mostró destreza y valentía, ya que se adelantó al resto de nosotros en una caminata feroz y le cerró el paso a Jaime, que se dirigía al filomóvil para partir y nunca más regresar a la UNLZ. Tal vez haya sido mejor así. Si hubiese ido uno de nosotros, quizá nos habría fulminado con un rayo. Pero Paquita era mujer, y Jaime se compadecería. Y fue así. Al poco tiempo la alcanzamos, ella ya le había comentado a Jaime que había sido profesor nuestro, y sin mediar más explicación lo invitó a un café. Silencio breve. Expectativa.
-No,
Lógico. Desilusión. Los sofistas que aguardaban entrar al filomóvil estaban desconcertados ¿Quiénes eran estos muchachos extraños que aparecían de la nada y saludaban al Gran Filósofo?
-me tengo que ir, tengo que llevar a toda esta gente.
Claro. No importa, nuestro cometido estaba cumplido. Después de eso balbuceamos unas cuantas palabras elogiando torpemente sus clases, su conocimiento y como nos había marcado.
- Un poco de contaminación de mi parte.
Fue allí cuando hizo aparición un profesor de filosofía, Gustavo Romero, con quien habíamos hablado vía facebook y que fue quien le mostró a Jaime nuestro blog. Al darse cuenta que éramos el ERU, le comentó a Plager. Sonrisa, casi cómplice. Completamente cómplice, tal vez.
Si alguna vez alguno de nosotros recibiera algo así como un premio Nobel -cosa por demás improbable- o algún otro reconocimiento semejante, no nos sentiríamos tan reconocidos como hoy cuando Plager elogió nuestra escritura y nos instó a seguir con el blog.
- Sigan publicando infundios, escriben bastante bien.
Detrás de la coraza de dios, Jaime resultó ser afable y accesible. Nos contó que se reía de nuestras publicaciones, halago divino. A Plager le propusieron seguir dando clases en la facultad, pero sólo le pensaban pagar un 40% del sueldo, ¿Bastante poco para tan gran profesor, no?
Su despedida no pudo ser más elocuente. El broche de oro: se subió a su auto y ordenó: Sofistas, ¡Al filomóvil! Arrancó, detrás de sí dejó el silencio aturdidor de la ausencia. Pero el atronador rugido de cientos de estudiantes que aprendieron filosofía, y de verdad. De quienes golpeó con su martillo nietzschiano destruyendo moldes.
¡Adiós Jaime Plager! Pensamos entre admirados y algo nostálgicos. Lo que creíamos se convirtió en perogrullada: Jaime Plager es un groso.

3 comentarios:

Yesica E dijo...

Si algo agradezco a la vida es haberme permitido conocer a tan magnífico profesor!
Sus conocimientos en filosofía eran innúmeros, es sabido, pero este último cuatrimestre el Gran Plager separó parte del tiempo de sus clases magistrales para enseñarnos mucho más que meras cuestiones académicas... nos adentró a conocimientos más que útiles para insignificantes jóvenes estudiantes... Nos enseñaste un poco de lo que se trata la vida.
Permitiste "abrirnos" a explorar incontables caminos no recorridos por la razón.
Sembraste en nuestros corazones "ambición" por lo desconocido.
¡ GRACIAS !
¡ GRACIAS !
¡ GRACIAS !

Debo Enriquez dijo...

=(

Frau Nietzsche dijo...

Dankeschön, herr Plager!!!
EL hombre que todo lo sabe.
Fue un honor haber sido su discípula

Nos veremos en el Olimpo

Comentá, maestro