lunes, 19 de octubre de 2009

El E.R.U. Investiga: De Liliana Alegre y su curioso método para dar clases

Era un día más para el E.R.U. Al menos, así parecía en la previa. Un día en el que se tenían pocas expectativas, en el que la rutina una vez más ganaría la pulseada. Un día en el que simplemente, el E.R.U. iba a tomar mates en las clases de Alejandro Salamón, un gran profesor de cátedra, aunque lamentamos no poder decir lo mismo de su otra profesión, "catador de mates", debido a que desaprobó uno de las excelentísimas infusiones que hace nuestro camarada Pucho (¡Por Plager! ¿no tiene paladar ese hombre?). Vale aclarar que Pucho se especializó en Matelogía, luego de hacer un curso intensivo para cebar mate con Guillermo Batista, quien tuvo una fugaz experiencia como profesor del teórico de Historia. El E.R.U. como habitualmente hace, había llegado temprano, aprovechando ese momento para conseguir agua caliente, pero como la expendedora de la facultad de sociales estaba averiada, tuvimos que recorrer varias facultades hasta conseguir en la de economía, debido a que en la facultad de ingeniería ("facultad de la joda", más adelante entenderán por qué) chocamos con un patova de sexo femenino, que al grito de "Miranda sí, putos no" nos echó despectivamente, quizás por nuestro aspecto "rockero". En fin, hasta ese momento todo era normal y rutinario. Pero, ¡oh, casualidad! nuestro querido profesor, se ausentó a la clase, sin otorgar parte médico. En el seno del E.R.U. se presume que dicho pedagogo estuvo hasta altas horas de la noche festejando el día de la madre. Otros suponen que escuchando un disco de Peteco Carabajal, tuvo un encuentro con la docente Alegre, se pasó de copas y no se pudo levantar. En fin, no tiene tanta importancia. De esta manera, nos derivaron del Aula A, en la que estamos habitualmente, al Aula B, donde pasamos dos horas y media muy amenas con la profesora Liliana Alegre, en una clase con una dinámica que impresiona. Comienzo de clase, entrega de parciales, todo bárbaro hasta aquí. Hasta que empezamos a notar que dicha profesora comenzaba a decir la misma información de manera diferente, con cierta alevosía, lo cual llamó portentosamente la atención de los miembros del E.R.U. Pasaban los minutos, y, miradas cómplices de por medio, nos manteníamos escépticos, sin poder creer lo que estábamos presenciando. Un discurso claramente repetitivo y carente de sentido. Ahí nos dimos cuenta, como notamos otras veces, que los discursos de la profesora Alegre se asemejan mucho a los de Salamón, con la salvedad del entusiasmo y carisma que pone éste último. La docente comenzaba a tocarse la oreja, taparse la boca y hasta susurraba por lo bajo algunas palabras, que no pudimos captar bien, pero se asemejaban a "repetime por favor", "¿Cómo?", "seguí, que después te entrego". Esto abre el camino a muchas especulaciones, que preferimos hagan ustedes mismos, nosotros nos reservamos el derecho de abstención.
Finalmente estrían en lo cierto, quienes especularan con algún tipo de comunicación entre ambos profesores. Los docentes usan un pequeño micrófono y un auricular, por el cual se comunican simultáneamente. Alejandro Salamón da cátedra mientras que Liliana Alegre escucha y repite como un loro, salvando la situación con algunas de sus clásicas elipsis indefinidas cuando no entiende claramente algo y se queda pasmada, mirando el techo para ver si se le ocurre algo que inventar o hasta retomar la idea que Salamón está diciendo. Hoy ocurrió de manera muy particular, gracias a ello nos dimos cuenta. Salamón, desde la casa de la profesora (no sabemos qué hacía allí), recién levantado, intentaba dictarle el discurso a Alegre, pero debido al estado un tanto "ebrio" del emisor el mensaje llegaba distorcionado. Incluso en un momento se le desconectó el auricular a la profesora, y se encendió el altavoz, con lo que se oyó "bancame que se cayó el módulo a la mierda". La voz era sospechosamente parecida a la del profesor del teórico de Sociología. Impresiona realmente como se manejan los "profesores" de esta cátedra, ya que sólo Salamón tiene título de profesor, mientras que, según fuentes que no quisieron revelar sus nombres, Alegre tendría un master en crayones, desempeñándose como maestra jardinera. Eso explicaría el por qué de su voz chillona y molesta. Continuaremos con las investigaciones, pero esperamos que crean en nuestra buena fe y en nuestra honestidad como futuros periodistas. Para finalizar, dejo un mensaje que me dio un personaje que eligió el anonimato para esta ocasión: "Para vos, salame, el mate no se bardea, menos delante de todo el mundo".



El E.R.U. investiga, y continuará investigando. Para vos Plager, si, vamos a ser periodistas. Ja!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaja La tuve como "profesora" en la UBA... cuando la ví entrar en una de las aulas de la UNLZ a dar clases me quería morir!!! Esa mina es un personaje.!!

Mary dijo...

Jajaja !!!!! Y que pasó después ???

Comentá, maestro