jueves, 5 de noviembre de 2009

El ERU Investiga: ¿Quién es Carlos Lagorio?

Bueeeeeeeeeeno... creo que ha llegado el momento que muchos esperaban. Sí, hoy vamos a exhibir las tantas teorías que tenemos sobre Carlos Lagorio, quien actualmente se desempeña como profesor de teóricos de Problemática de la Comunicación. Esta tortuga humana es sociólogo y master en Ciencias Sociales y Políticas. Escritor, entre sus obras, se destaca Culturas Nómades, además de intervenir en Cultura sin sujeto.
En fin, entrémonos en el meollo de la cuestión. Carlos Elagrio (como le dicen sus íntimos), ha llamado poderosamente la atención de los miembros del ERU, por sus peculiares formas de dictar las clases, por lo que nos decidimos a investigar sagazmente a fin de obtener una respuesta que nos deje satisfechos, al menos por un tiempo. Este pedagogo ingresa al Aula A, todos los miercóles, a las 11:18 am, llamativamente nunca se retrasa ni un segundo de la hora señalada. Con el libro de "Sentidos de la Comunicación" bajo el brazo, con su andar flemático, su tercer mano (el micrófono) y su clásico look ochentoso, que lo hace parecer un "winner", ingresa al salón. Se sienta lentamente, se acomoda, se regocija, pasa su mano hacia atrás por su refulgente cabellera, mira unos segundos hacia la nada con la mente en blanco, abre el libro y comienza: "Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenooo...". Hagamos una pausa aquí. Lo descripto hasta el momento, es una rutina que se repite todos los miércoles, exactamente a la misma hora. Esto derivará en una hipótesis que expondremos más adelante.
Una vez hecha la presentación, comienza a leer "Sentidos de la comunicación", (libro escrito por el tan querido Roberto Marafioti) colocando su pierna derecha sobre la izquierda en cruz, y poniéndose unos lentes con aumento. A medida que transcurría la clase, que parece ser eterna, entre los miembros del ERU nos mirábamos y, escépticos, nos preguntábamos para qué leía el libro textualmente, sin hacer acotaciones ni aclarar el asunto a los desorientados alumnos. Esto ocurrió durante todo el primer cuatrimestre. Gracias a nuestro prestigio como periodistas, y nuestra facilidad para conseguir notas, recogimos un testimonio de un viejo conocido, el ermitaño, que cursó 32 cuatrimestres con el susodicho: "Y...viteh, siempre decía lo mismo el loco. La verdá que nunca entendí un joraca, está como yo el Lagorio, está reeee looooco viteh. Para olvidarme el texto de Levi-Strauss me tuve que tomar 13 tequilas, fondo blanco, no sabé capo, terminé de la nuca". Honestidad brutal, el ermitaño nos esclareció muchos puntos. Hemos notado que el rostro de Lagorio es inmutable, ninguna emoción se transmite a través de él, tanto es así que, Jaime Plager, lo eligió como compañero de truco: "Fantástico es entender esto. Lo ves al loco y sabe mentir a la perfección, se inmola por la causa. Impresiona, da escalofríos ver como el tipo es inmune a todo. Lagorio rola, y no se hace pelota. Fabuloso!...". A partir de estas declaraciones, hemos decidido tomar cartas en el asunto y averiguar más a fondo el caso Lagorio. Después de recoger testimonios, y realizar una profunda investigación, una hipótesis revela que este apático docente es un títere de Roberto Marafioti, autor de casi todos los libros relacionados con la materia. Resulta que este hombre tiene pasión por dar clases, pero su timidez se lo impide. Entonces, se refugia a través del muñeco llamado "Carlos Lagorio", y, debajo del pupitre, relata su obra (se la sabe de memoria). A los pocos minutos de comenzada la clase, comienza el éxodo masivo, y, cada vez que se retira un ofuscado alumno, este pánfilo de la cátedra relata un chiste, de larga duración (como todo lo que hace/dice) que sólo hace reír a algún miembro del ERU, pero él jamás esboza una sonrisa. Debido al ya conocido poco sentido del humor de Beto Marafioti, descartamos al menos parcialmente esa teoría. En el seno del ERU, a un miembro se le apagó la lamparita: "Jua, jua, jua, Lagorio es un computador, está programado. Tiene un botón que dice "bueeeeeeno", y otros tres que son chistes diferentes. El texto que lee, también está programado", relató el muchacho obscuro, a la par que se reía y hacía gestos "animé".
Una de las últimas teorías, dice que el docente es fanático de los ansiolíticos, y por eso ha quedado así. Tal es el fanatismo que se presume, que algunos lo asocian con una marca de barbitúricos, el cual, junto a los pantalones Lévi-Strauss, serían sus sponsors.
Muchas posibilidades, ninguna certeza hasta el momento. Se dice también que este cachazudo profesor, ha tenido inconvenientes a la salida de la facultad, con una señora, que supuestamente le recriminaba que se hiciera cargo de su hija: "Escuchame acompasado, pánfilo, resagado, lerdo, roncero, reconocé a tu hija. Lagoria te necesita más que nunca. Si no lo hacés ni por mí ni por ella, hacelo por la escuela de Tartu", dijo la señora despechada. Aún no encontramos la verdad, pero vamos camino a eso. Le dejo el cierre a Lagorio:
"Bueeeeeeeeeeeeeeeeenoo... me voy retirando de esta sala, bajando estos dos pequeños escalones, abriendo la puerta del Aula y dirigiéndome hacia mi transporte automotor, que está estacionado en esa playa, y que ya con el motor en marcha, está esperando por una sálida rápida, de las tres salidas que tiene esta facultad, de...(piip!).


Continuará...

2 comentarios:

PRINCESA DOMINANTE dijo...

Para mi que Lagorio es una especie de androide programado para repetir los textos de Marafioti sin cesar. Muy bueno chicos, Plageriano!

pd: La de economía, no se llama María Cristina Bruschi? Porque en la encuesta aparece como Noemí (? JAJAJ

Au revoir

Juan de los palotes dijo...

jajajaj, lo que es tener 19 y burlarse de los profesores, y sacarles el cuero, y fijarse en su forma de vestir, de hablar, de comunicar, de moverse.... ah, lo que extraño esa epoca, de fijarse, como alumnos que somos, en esas nimiedades, mas que en el contenido, mas que tener las herramientas, LA CABEZA, LA INTELIGENCIA, para debatir con el, aprender de el, para enriquecerse mutuamente en un dialogo donde las ideas pueden proliferar sin que nuestro prejuicio bobo y pueril de como uno se viste intervenga. En sintesis, estar a su altura intelectual, y no rebajarse y chicanear con todos estos detalles que dan cuenta de pobres chicos que no pueden, que no les da, para intercambiar ideas, debatir, constructuvamente, contraponer, rebatir argumentos. Pero es logico, cuando yo tenia 19 tambien hacia lo mismo, si no tenia conocimiento de nada y el que sabía ahi era el. Algun dia, si se reciben, si no abandonan la carrera antes, por lo que sea, van a llegar a ese mismo lugar.

Comentá, maestro